
— Maestro, no tengo precisión ni consigo librarme de los bucles negativos.
— ¿Has contemplado el amanecer desde la cima de la Montaña de Jade?
— Sí, Maestro.
— ¿Has admirado el diamante de una gota de rocío en la flor del almendro?
— Sí, Maestro.
— ¿Has estudiado el ingrávido planeo del águila pescadora sobre el Lago del Dragón?
— Sí, Maestro.
— ¿Lo ves? ¡Te pasas el día mirando a las musarañas en vez de entrenar!