
El inicio de una jornada fructífera.
Por la mañana temprano no había ninguna actividad en superficie, así que nos decantamos por empezar a peinar el agua con un tandem a la espera de una eventual caída de yellow grub.
El objetivo de una buena técnica de lanzado es la eficiencia en situación de pesca.
Si, como en este caso, el viento se empeña en ponérnoslo difícil, toca afilar los bucles y traccionar con energía.
Cubrir terreno pescando al agua requiere minimizar el tiempo en que la mosca está en el aire: una variante del lance oval permite cualquier cambio de dirección sin necesidad de lances falsos (en este caso solo uno, suficiente para eliminar la humedad de la mosca seca). La ventaja añadida de esta técnica es que protege la caña de roturas, pues hace que la ninfa adopte una trayectoria ligeramente ascendente durante el lance delantero, pasando bien por encima de nuestra puntera.
Muchas veces unos pequeños ajustes marcan la diferencia. Solo hay que conocerlos.