En mi experiencia, uno de los aspectos más descuidados de la presentación de la mosca es la trayectoria que impartimos a la línea. No es lo mismo mandarla horizontal, que descendente o incluso ascendente.
Una buena forma de corroborarlo es lanzando con un viento serio fronto-lateral; de una trayectoria horizontal a una picada va un mundo.
Así pues, el practicar variaciones de trayectoria es un excelente ejercicio.